Capítulo 3: Despedidas Parte I

*Megan*
La semana se me pasó tan rápido, a pesar de querer con toda el alma que el tiempo se detuviera. No es que no quisiera irme del orfanato, es que toda mi vida he estado errante, de un lugar a otro, por eso no me gustaba tener amigos, porque al final siempre tengo que dejarlos y no me gusta sufrir por algo inevitable. Hoy era el día en que Agatha y yo nos íbamos, hacía 7 días habíamos celebrado su cumpleaños, bien contentas y hoy era su fiesta de despedida, doña Rafaela decía que era “para que sientan que en cualquier momento pueden volver, porque puede ser hogar cuando lo deseen”, ella era bien rara, había días en que era un amor con todos nosotros y al otro nos trataba como escoria, pero no había nada que hacer, sólo no contestar a sus comentarios. Me levanté y me fui al baño, tenía un aspecto horrible al mirarme en el espejo, anoche no había dormido nada, estuve pensando en lo que sería mi vida después de esta tarde, era raro que me hubiesen elegido a mí para una beca, nunca tuve un buen expediente, no había postulado en nada ni era de los alumnos destacados, no sabía que pensar. En momentos así era cuando deseaba tener a mis padres, o al menos a uno de ellos, que me dieran un abrazo y me dijeran “todo va a estar bien cariño, yo estoy contigo”, con esas palabras exactas, los extrañaba, la vida había sido injusta conmigo, me los había quitado antes de poder siquiera recordarlos por mí misma, el único recuerdo que tengo de ellos es una fotografía que encontraron junto a mí, después de apagar el incendio de mi casa, todos el mundo decía que había sido un milagro que me hubiese salvado, en especial porque yo estaba dentro de la casa en el momento en que el fuego comenzó y nadie me había sacado de allí dentro hasta que todo el fuego de apagó. De ahí en adelante hay mucho misterio, ¿qué ocasionó el fuego? ¿Por qué yo no me quemé junto con todo? ¿Por qué? Muchas de estas preguntas me atormentan y no tengo respuestas. Nadie me las ha dado ni he podido encontrar.
Lo mejor será que baje ya mismo sino me atrasaré mucho, intento poner mi mejor rostro de alegría, porque sé que no será la última vez que la veré, tengo la dirección de nueva casa y en cualquier momento me puedo aparecer por ahí, aunque el protocolo indique lo contrario, una gran sonrisa se extiende por mi rostro “porque después de hoy ya no habrán protocolos, sería libre, con mis propias reglas, porque ya no le pertenecería a nadie”.
Cuando llegué al salón de eventos ya estaban todos ahí “como siempre tarde” me dije con un deje de reproche, fui donde Agatha y la abracé con todo el cariño que le tenía.
-Te echaré tanto de menos, pero no te preocupes, intentaré visitarte, recibirás noticias mías y seguiremos siendo amigas, pase lo que pase, ¿de acuedo?
-Por supuesto Meg- me dijo casi llorando- la distancia separará nuestros cuerpos, pero no nuestros corazones, ¿me prometes que me visitarás, que serás buena en tu nueva escuela, que pase lo que pase no te dejarás vencer?
-¿Y crees que soy una sentimental Agatha? A Megan Sullivan nadie le vence sin antes haber recibido una buena paliza- le dije para despreocuparla.
-Está bien, pero ya basta de matonaje Meg, “una chica tan respetada cono tú”- dijo imitando mi voz- no debería comportarse así.
Ambas nos reímos a carcajadas, como siempre habíamos hecho, pintando nuestras vidas con alegres colores. De pronto, me sentí como si nada estuviese sucediendo, algo grande se acercaba pero no sabía con certeza qué era, algo intentaba advertirme de algo, pero justo en ese momento llegó doña Rafaela y la conexión se perdió.
-Agatha, linda, será mejor que comiences despedirte, los Powell están a punto de llegar y no es bueno hacer esperar a las personas- dijo poniendo énfasis en esta última palabra- recuerden bien esto niñas. Ahora ve Agatha, despídete de quien creas necesario.
Ella se despidió de todos en general, y luego le dio un abrazo a cada uno, a mí me dejó para el final y antes de venir a mí fue a buscar una pequeño paquetito que tenía en una silla, cuando me lo dio me dijo:
-La próxima vez que nos veamos, haremos algo para ponerle- me abrazó y salió porque el automóvil de los Powell ya había llegado, lo último que vi de ella fueron sus trenzas que se mecían al compás de su paso. Y yo quedé con un gran signo de interrogación en mi rostro y una pena en el alma.

***
Continuará...

3 susurros:

Anónimo dijo...

me encantó! Cuando subes el proximo cap?

Anónimo dijo...

Hola Aru, me alegra que te gustara!! lo más seguro es que en esta semana, he estado un poco con depre, pero ya estoy mejor.
Saludos!!

Sophia dijo...

WOW!! Me encantó :)
Yo acabo de abrir un nuevo blog, en el que tengo mucha fe y me encantaria que te pasaras:
unamordeespectaculo.blogspot.com
XOXO SOPHIA

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